jueves, 30 de noviembre de 2017

El tema: ¿dónde está el centro del bien?



Una vez más empezamos por la definición. ¿Qué entendemos por tema? La RAE dice: Asunto general que en su argumento desarrolla una obra literaria.” Por ejemplo, el tema de Otelo es los celos.De Don Quijote, las novelas de caballerías. De Tartufo, la hipocresía. De El sí de las niñas, la educación de las mujeres. 



En realidad, la expresión “asunto general” enuncia muy mal lo que es el tema. Para los escritores, el tema es el contenido ético que en su argumento desarrolla un relato. Desde ciertas perceptivas, el tema es tan importante que, en realidad, el argumento no es más que una demostración del tema o, mejor dicho, de lo que el autor opina del tema. Hay relatos a favor y en contra del divorcio, la pena de muerte, la eutanasia, los toros, la prensa o cuarto poder, las novelas de caballería, la homosexualidad, Franco, Dios, etc. El escritor plantea una construcción de sentido en la que la intriga argumental (por ejemplo, ¿quién es el asesino?) está al servicio de una intriga temática (por ejemplo, ¿es lícito el ojo por el ojo?). En el clímax, sabemos quién es el asesino y también si ha sido apresado por la policía o ha sufrido la venganza de un familiar de la víctima.

Para construir el tema sin apriorismos y dogmatismos, para que no huela a ideología, es fundamental el concepto de “centro del bien”. Saber qué es lo correcto en cada una de nuestras acciones es tan complicado que los humanos hemos desarrollado una disciplina que llamamos ética (o moral si lo llevamos al terreno de lo religioso).  La ética es la parte de la filosofía que se ocupa del bien, de lo que está permitido y está prohibido en una sociedad, de lo que es tótem y de lo que es tabú. Aristóteles en su Ética a Nicómaco habla de que el hombre debería buscar el "justo medio, que está entre dos vicios que pecan, el uno por exceso y el otro por defecto".  En este sentido, si un relato trata de los celos lo que plantea es una desviación de un centro del bien que llamaríamos amor. Lo mismo sucedería si el relato tratase de todo lo contrario, la apatía en la pareja. Lo relevante es que nos atraen más aquellos relatos donde no sabemos muy bien dónde está el centro del bien, ya sea porque es difuso o porque hay muchas excepciones. Claramente hay temas que dividen a la sociedad, como el aborto, la eutanasia o la libertad para llevar armas.¿Hay aquí un justo medio?

Cuando vemos la serie Westworld, cuyo tema es el mito de Prometeo, es decir, nuestra futura relación con los robots, los guionistas nos están haciendo reflexionar sobre cómo debemos tratarlos, sobre dónde está el centro del bien en nuestra interacción con la tecnología.  El mensaje de la serie es que los placeres violentos (aunque sean en un entorno virtual o tecnológico) tienen finales violentos, o lo que es lo mismo, que también deberemos aplicar una ética en nuestras relaciones con las máquinas. Don Quijote tomaba los molinos de viento por gigantes y nosotros a los robots, ¿por quién les tomamos?

jueves, 23 de noviembre de 2017

Story line o asunto



El mundo del guion está lleno de anglicismos y, cada vez más, de términos usados directamente en idioma inglés que ya ni traducimos. Un ejemplo es el concepto “story line”. Aquí proponemos que se traduzca por “asunto”: resumen argumental de los sucesos núcleo del guion.

Se trata de un texto técnico de entre 150 y 300 palabras que el guionista usa para presentar el relato una vez compuesta la escaleta, el tratamiento o, casi siempre, el guion literario. Ocupa, por lo tanto, entre 5 y 7 líneas y recoge todas las partes principales de la trama: la presentación del conflicto (algo sucede), el desarrollo del conflicto (algo precisa ser hecho) y la solución del conflicto (algo se ha hecho). Su redacción, asimismo, debe llevar implícita un tema y un género.

También el concepto “story line” se ha traducido por sinopsis. Pero es que el guionista trabaja con varios formatos que sirven de resumen argumental del argumento. El formato de la sinopsis es de 2-6 páginas. Es decir, la sinopsis es un sumario de los principales sucesos que ocurren en la trama mientras el asunto es una síntesis a partir de los sucesos núcleos de la trama.
Para que sea una buena síntesis, el asunto debe contender una frase por cada uno de estos elementos:

 dónde y/o cuándo sucede la acción (situación)
 + protagonista con su rasgo o rol principal
 + incidente desencadenante (que fija el deseo) 
 +  primer punto de giro 
 + segundo punto de giro (a veces en forma de crisis)
 + clímax y/o punto final.

 Una nave extraterrestre que visita la tierra tiene que partir precipitadamente ante la llegada de los humanos (situación). Pero uno de sus miembros, ET, un alienígena en forma de gran peluche (personaje), se queda en tierra (incidente desencadenante). Éste encuentra refugio en casa de unos niños que tratan de esconderlo (punto de giro). Sin embargo, ET y uno de los niños caen gravemente enfermo y hay que llamar a los médicos y científicos (crisis). Una vez sanos, los niños rescatan a ET y logran que regrese a su “casa” (clímax). 

 

  
En un Detroit dominado por la violencia (situación), Murphy, un policía voluntarioso (personaje), llega a su nuevo destino (incidente desencadenante). En una de sus primeras misiones, muere a manos de unos criminales (punto de giro). Su cuerpo es aprovechado para crear Robocot, un policía robot. Pero el protagonista descubre que uno de los ejecutivos de la empresa que ha creado a Robocot pretende, en realidad, dominar la ciudad, descubrimiento que casi le cuesta ser destruido por sus propios compañeros policías (crisis). Finalmente, Robocot escapa, se repara y acaba con los criminales (clímax).


La “story line” suele incluirse al comienzo del guion para presentar el contenido narrativo de una película o de un capítulo de una serie. El productor lee el asunto y si le gusta la historia pasa a leer el guion. Si no le gusta, si acaba de rodar una película similar, si no encaja en su línea editorial, etc., le ahorramos leer el guion. Es fundamental que el asunto contenga el final, aunque con ello se haga “spolier” (otro barbarismo). La “story line” no se escribe para el espectador. Es para el productor y éste siempre quiere saber el final y, casi siempre, quiere que sea positivo.