La catáfora es una
figura literaria de tipo semántico que consiste en colocar una palabra al final
de la frase, de tal forma que cuando llegamos a ella la frase adquiere un
verdadero sentido, revela algo conocido pero cuyo significado completo solo conoceremos
entonces. Por ejemplo. “Esto es amor; quien lo probó lo sabe.”
En el cine, el
procedimiento consiste en mostrar una imagen que, de alguna manera, es
enfatizada en esa primera aparición, para después revelar su verdadero
significado. Por ejemplo, se usa mucho con los objetos: el picador de hielo de Instinto
básico ( Basic Instinct , 1992) aparece primero como un simple
picador de hielo y luego es el arma del crimen.
En Extraños en un tren (
Strangers on a Train , 1951), la catáfora es el mechero que el asesino
perderá en el lugar del crimen. Y en Chinatown
(1974) son las gafas en el estanque. La catáfora, en definitiva, es la
imagen que otorga una especial relevancia a otra imagen ya vista: la da pleno
sentido.
Una de las mejores catáforas de la historia del cine se da en la
película de Woody Allen Celebrity
(1998). La catáfora se construye con la primera y la última imagen de la
película, introduciendo un final sorprendente. Es decir, lo que primero nos
parece una extravagancia del mundo del cine (hacer que un avión escriba “help”
en el cielo) se convierte al final en el sentido de la película, pues nos
muestra al protagonista pidiendo interiormente ayuda. En otras palabras, la
película de la película, esto es, el cine, pasa a tener un sentido frente a
toda esa basura de contenido y falsas celebridades que, según Woody Allen, crea
la televisión.