En la composición de la trama hay que
distinguir dos formas de situación: la situación dramática y situación
dramática estructural. Esta última significa que toda trama puede resumirse en
una situación fundamental, una situación que no es la de ninguna de las escenas
o puntos de acción que forman un relato audiovisual, pero que las incluye a
todas. Ya no es el lugar, momento y modo de la escena (situación dramática) sino
un sistema de fuerzas que los personajes principales de la acción configuran al
entrar en conflicto. Es decir, la disposición y las relaciones que mantienen
los personajes a lo largo de la historia crean una tensión o un conflicto que
llamamos situación dramática estructural porque actúa como un programa de
significado dramático. Dicha situación surge en cuanto se establece una meta en
el personaje central o, como decía Sastre, un proyecto: un protagonista
luchando por algo particular, íntimo y concreto; un personaje manifestándose
en la elección, ejerciendo su libertad ante los obstáculos, o lo que es lo
mismo, conflicto con finalidad. Este esquema, en forma de modelo actancial,
define una trama singular y permite establecer una tipología de la trama a
partir de las situaciones conflictivas. En otras palabras, la situación
dramática estructural se refiere a las plasmaciones o configuraciones concretas
y muy variopintas del modelo actancial. Para deducir cuál es la situación dramática
estructural de un relato basta saber cuáles son los personajes fundamentales de
la trama, asignarles la función o funciones que cumplen y, con todo ello,
dibujar su modelo actancial.
Los teóricos que se han ocupado de estudiar la
situación dramática estructural han sido Gozzi, Polti y Souriau. Etienne
Souriau llega a decir que, matemáticamente y en virtud de la combinatoria de
los actantes que él determina, pueden existir 210.141 situaciones dramáticas
posibles. Por ejemplo, si tomamos el motivo de la rivalidad amorosa, que
implica, cuanto menos tres actantes, pueden darse hasta 36 situaciones
posibles: la mujer elige entre dos rivales (por lo que ella es bien y árbitro);
los dos rivales son hermanos; los rivales son padre e hijo; etcétera. De esas miles
de situaciones posibles unas se han plasmado ya en obras concretas con mayor o
menor frecuencia, y otras son modelos posibles, esto es, futuras situaciones
que podríamos llevar al relato por primera vez.
Carlo Gozzi y George Polti establecen una tipología mucho
menos extensa y compleja. Para ellos, todas las tramas pueden resumirse en 36
situaciones dramáticas fundamentales. El libro de George Polti La 36
situaciones dramáticas (1895) ha sido criticado porque algunas de sus
situaciones no son tales, sino más bien estados de ánimo (Remordimiento, Locura)
o tipos de sucesos (Secuestro, Persecución). Sin embargo, su propuesta es muy
útil como herramienta para un guionista. Puede servirnos para interpretar
nuestra trama una vez ya compuesta (¿qué tipo de trama he escrito?) o bien pude
servir de modelo y guía para componer un relato basado o inspirado en una
situación dramática estructural concreta. Una vez más estamos entrando en la
transtextualidad.
George Polti (1867-1946), en concreto, estudia mil
doscientos textos o ejemplos: unos mil proceden de obras dramáticas y el resto
son novelas, epopeyas, hechos históricos y casos reales. Señala que las 36
situaciones en la que todos estos ejemplos pueden resumirse son, a la vez, los
36 sentimientos básicos de la vida, de ahí que para designar dichas situaciones
emplee palabras como: venganza, remordimiento, ambición, sacrificio, etcétera.
Ahora bien, él aplica el modelo tanto al conjunto de la obra como a alguna de
las partes. Esto significa que puedo tomar una situación dramática para componer
con ella toda una obra o bien puedo construir una trama donde se vayan
sucediendo determinadas situaciones, por ejemplo, imprudencia fatal y locura; o
bien, caer en desgracia, persecución y desastre.
En todas las situaciones, George Polti
contempla, al menos, la existencia de dos actantes cada uno de ellos con su
respectivo papel narrativo, casi siempre Protagonista y Antagonista, ya que la
situación dramática nace de un conflicto entre dos esfuerzos con dirección
opuesta. Así mismo puede existir un “Tercer actor” que unas veces está del lado
del protagonista y otras del antagonista. Este tercer actor se manifiesta de
tres formas o ejerce tres funciones básicas: Impulsor (destinador), Objeto
(objeto ideal disputado o codiciado) e Instrumento (ayudantes). Incluso un
mismo personaje puede encarnar estas tres funciones. En las siguientes entregas
iremos viendo cada una de las 36 situaciones dramáticas
de Polti.