Otro instrumento muy valioso para estructurar nuestro
relato sin perdernos o sin caer en incongruencias es el cuadro semiótico. Fue
desarrollado también por Greimas en su obra En torno al sentido (1960). Nosotros
vamos a adaptar e interpretar aquí muy libremente este esquema.
El
cuadro semiótico guarda cierta relación con la tabla de Jano, esto es, con la construcción dialéctica del guión. Ser dialéctico en el
tratamiento de un tema significa lanzar al público una pregunta y contestarla
sin obviar los aspectos oscuros y controvertibles. Por ejemplo: ¿Los hombres y
mujeres pueden superar sus diferencias del género? ¿Hay barreras de edad para
el amor? ¿Los homosexuales pueden adoptar niños?... En la Tabla de Jano tomamos un tema e intentamos ver todas sus
caras: la positiva, la negativa, la contradictoria y la negación de la negación.
Esto nos permite construir una premisa como la siguiente: Nada es bueno
(Positivo) o malo (Negativo), pues todo lo bueno esconde su lado oscuro
(Contradictorio) y, al mismo tiempo, todo lo malo tiene su factor humano, algo
que nos acerca a los aspectos más repugnantes y falsos de la vida (Negación de
la negación). Esta forma de proceder, propia de un sofista, se denomina pensamiento janusiano y
convierte el relato en la representación de un conflicto en torno a un tema.
Por
ejemplo, a menudo, cada personaje de una película encarna un punto de vista de
la Tabla de Jano y el combate que entre ellos se establece es, en el fondo, una
lucha moral. En Sexo, mentiras y cintas
de vídeo (Sex, Lies and Videotapes,
1988), el tema es la sinceridad en las relaciones sexuales. Tenemos a dos
mujeres y a dos hombres enfrentados en sus relaciones de pareja. Por un lado,
la hermana, representa la aceptación de vida sexual desinhibida (lo positivo).
Su amante (el marido de su hermana), en cambio, miente a su mujer insistiendo
en que le es fiel (lo negativo). Esta mujer, que aborrece el sexo, busca
sincerarse con un psiquiatra, en vez de hacerlo con su marido (lo
contradictorio). Y el amigo del esposo, que es impotente, se dedica a grabar
películas en las que una serie de mujeres confiesan sin tapujos sus intimidades
sexuales (negación de la negación). En definitiva, se enfrentan la verdad o
confesión directa (de la hermana y de las mujeres que hablan a la cámara), la
mentira (del marido), la terapia o confesión secreta (de la mujer) y la mentira
científica de las cintas de vídeo que esconde el voyeurismo (del amigo).
En el caso del
cuadro semiótico, partimos también de la teoría de que un relato puede
plantearse como la lucha dialéctica entre dos ideas o temas. Pero ahora a una
de esas ideas la llamaremos sentido positivo o
significado primero (S1) y a la otra la llamaremos sentido incompatible
(con el anterior) o significado segundo (S2). Hablo de incompatible porque, de
alguna manera, anula la primera idea o, más exactamente, está en conflicto con
ella. Por ejemplo, la libertad puede estar cuestionada por la propaganda; o
bien podemos sostener que el precio de la vivienda, los bajos salarios y el
trabajo de la mujer nos parecen incompatibles con la idea de natalidad. A
diferencia, de la Tabla de Jano, aquí puede no existir ningún vínculo semántico
entre lo positivo y lo incompatible. Libertad y Esclavitud son ideas puestas
(positivo y negativo), mientras que Libertad y Pasión Amorosa no son ideas
opuestas, pero sí pueden ser ideas incompatibles. Somos nosotros quienes
establecemos ese vínculo, esa incompatibilidad. ¿Quiero hablar de la educación
y de la ciudad (lo incompatible)? ¿Del deseo sexual y del paro (lo
incompatible)? ¿Del medio ambiente y el progreso (lo incompatible)? La tragedia
precisamente se basa en la lucha dialéctica de dos ideas positivas pero
incompatibles tal y como están planteada la trama, como la maternidad y el
honor en la obra Yerma de Federico
García Lorca (1898-1936). En definitiva, S1 y S2 son dos significados en
conflicto o que el autor va a poner en conflicto.
Para
dar mayor complejidad a este enfrentamiento, definimos también otros dos
términos: el sentido opuesto de lo
positivo o significado primero negado (S1a) y el sentido opuesto de lo incompatible o significado segundo negado
(S2a). En este caso, se trata del antónimo de cada unos de los términos
anteriores. Lo opuesto a libertad, por ejemplo, sería la no libertad, como la
esclavitud y la opresión. Lo opuesto a la propaganda sería la no-propaganda, es
decir, la información veraz y objetiva.
A
continuación, cada uno de estos cuatro significados se coloca en un vértice
formando un cuadro de recorrido complejo, es decir, existe la posibilidad de
construir una trama que vaya en múltiples sentidos, tal y como indican las
fechas del dibujo que aparece a continuación.
Según
este cuadro, podríamos plantear distintas orientaciones (distintas construcciones
de sentido) basadas en un enfrentamiento entre las ideas de libertad y
propaganda. Por ejemplo, si el recorrido es S2a + S2 + S1a + S1, la orientación
sería la siguiente: «La información se convierte en propaganda cuando la
opresión la priva de su libertad.» Otro recorrido sería: «La libertad está
amenazada por la propaganda, la cual convierte la información en una forma de
opresión», es decir, S1 + S2 + S2a + S1a. Una tercera posibilidad, y hay otras
muchas, es la siguiente: «La opresión destruye la información y la libertad con
la propaganda.» Aquí tenemos S1a + S2a + S1 + S2.
En
resumen, el cuadro semiótico es sumamente útil para decidir la orientación que
vamos a dar al tema y para vislumbrar quién será el destinatario en el modelo
actancial, por lo que es
muy pertinente que el guionista lo elabore. Incluso debería definirse antes de
tomar decisiones en otros aspectos del desarrollo temático. En concreto, el
procedimiento más adecuado para construir el sentido autorial debería del guión
ser el siguiente:
1) Decidir el tema o imperativo social.
2) Definir su cuadro semiótico.
3) Elaborar la Tabla de Jano (o dos Tablas de
Jano, la del sentido positivo y la del sentido incompatible, si éste último no
aparece en la primera tabla).
4) Decidir la orientación y escribir la premisa.
5) Buscar el leitmotiv y el mito. Investigar
sobre el motivo.
6) Trazar el primer esbozo del modelo actancial.
Insisto
en que el fin último de todos estos trabajos es favorecer la lucha de significados,
la dialéctica, una lucha que propicia después el desarrollo del conflicto
narrativo y es en sí misma una fuente de debate de gran atractivo para el
público. Sobre este aspecto fundamental en la construcción del guión dice
Ronald B. Tobias:
Una forma de abordar las complejidades del mundo
consiste en simplificarlas convirtiéndolas en argumentos opuestos. Dividimos el
mundo en opuestos. Intentamos, en vano, hacer que todo sea blanco o negro.
Sabemos que
el mundo no es tan simple, que la mayor parte de la vida se alinea en el gris.
Pero nuestra forma de pensar está tan volcada en los opuestos que resulta imposible
escapar de ellos. Todo es bueno o malo, feo o hermoso, luminoso u oscuro, rico
o pobre, bajo o levado, débil o fuerte, feliz o desdichado, protagonista o
antagonista. Dividimos el mundo para comprenderlo mejor. Dividimos para
simplificar. En lugar de un número infinito de estados, simulamos que solo
existen dos.
... Evitemos
pensar en blanco y negro y examinemos los grises. El problema de los grises,
sin embargo, es que no proporcionan soluciones fáciles.
Y aquí está
la clave.
Las
soluciones fáciles son... fáciles. Representan una manera de pensar anclada en
los tópicos. El bien contra el mal. Un personaje es valiente, sincero, de buen
corazón y tiene una misión que cumplir, pero el otro personaje es siniestro, cobarde,
mentiroso e intenta impedir que nuestro buen personaje consiga su objetivo...
Sabemos quien debe vencer y quien debe perder y sabemos por qué. No hay
sorpresas...
[...]
La tarea del
escritor consiste en introducirse en el mundo de los grises, donde no existen
las respuestas obvias ni incluso las respuestas correctas. Un mundo donde las
decisiones son arriesgadas porque uno no sabe sin son decisiones correctas. El
autor que adopta el punto de vida simplista no está interesado en comprender
las complejidades humanas o las dificultades que conllevan las decisiones que
hemos de tomar.
[...]
... Escribir una historia sin mostrar una fuerza
contraria significa escribir propaganda.
[...]
Siempre se
puede detectar la propaganda porque el escritor tiene una causa por la que
luchar. El escritor imparte una lección desde la tribuna del orador,
contándonos quién es bueno y quién es malo, o qué esta bien y qué esta mal.
Pero ya recibimos bastantes lecciones en el mundo real; no leemos ni vamos al
cine para que alguien nos aleccione. Si utilizamos a los personajes para que
digan lo que nos interesa, estaremos escribiendo propaganda...
[...]
Entonces,
¿cómo evitar la propaganda? El primer paso depende de la actitud de uno. Si
queremos opinar sobre cierta materia o que el mundo vea las cosas tal y como
las vemos, escribiremos un ensayo. Si queremos escribir una historia, una
historia que nos atraiga y nos fascine, una historia que capte las paradojas de
este mundo de locos, escribiremos una obra de ficción.
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