miércoles, 7 de mayo de 2014

Formas de la trama III: la tipología de Tobias



Tramas
Ronald B. Tobias establece una clasificación basada en veinte tipos de tramas, aunque no es una lista cerrada. Se pueden descubrir otras formas. Estas veinte tramas se agrupan en dos grupos: las tramas de acción y las tramas de personaje, que también llama tramas de la mente. En las tramas de acción, lo más importante son los sucesos, como sucede con los relatos de aventuras o las películas de detectives y policías. En las tramas de personajes, estos interesan más que sus peripecias, pues se trata de componer un gran carácter, de bucear en su interior. Por lo tanto, lo primero que el guionista debe saber es si quiere componer una trama a partir de la acción o del personaje. A continuación, puede inspirarse en uno de los siguientes modelos, los cuales se presentan en un orden distinto al que propone Tobias:


Tramas de acción
1. Trama de aventura. El protagonista deja su hogar y parte en búsqueda de fortuna o para cumplir una misión, lo que sirve de pretexto para introducir todo tipo de incidentes, haciendo del viaje mismo y de las acciones heroicas del protagonista la esencia de la trama. Por ejemplo, En busca del arca perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981).

2. Trama de persecución. Una persona persigue a otra, pero no exactamente como en la situación 6 de Polti. Aquí la trama se concentra en la caza y en la acción física que esta conlleva. Unas veces el protagonista persigue al antagonista, como en La presa (The Hunted, 2002), donde un adiestrador del gobierno de los Estados Unidos persigue a un antiguo hombre entrenado para matar. Otras veces el antagonista persigue al protagonista, como en El diablo sobre ruedas (Duel, 1972).

El diablo sobre ruedas.

3. Trama de rescate. Nos encontramos con un antagonista que ha secuestrado o raptado a una víctima, interviniendo el protagonista en su rescate. Normalmente, nos encontramos con tres fases: separación, persecución y confrontación. Así sucede en Centauros del desierto (The Searchers, 1956). En Los profesionales (The Professionals, 1965) un grupo de hombres es contratado para rescatar a una mujer, descubriendo después que la mujer, en realidad, no deseaba ser rescatada. Coincide con la situación 2 de Polti.
4. Trama de huida. El protagonista quiere evadirse de un lugar donde está encerrado, normalmente de forma injusta. También presenta tres fases. Primer se nos narra la detención o rapto del protagonista, luego sus problemas en el lugar de clausura y, finalmente, la fuga. Por ejemplo, Traidor en el infierno (Stalag 17, 1953) y La gran evasión (The Great Escape, 1963), ambas ambientadas en un campo de concentración nazi, El día de los tramposos (There Was a Croked Man, 1970) y Papillón (1973), situadas en prisiones, y La habitación del pánico (Panic Room, 2002), donde la protagonista y su hija tratan de huir de su propia casa, tomada por unos ladrones.



5. Trama de rivalidad. Dos personajes, de fuerza equiparable, compiten por una misma meta u objeto: un puesto de trabajo, un título deportivo, un reino, unas tierras... Un ejemplo sería la rivalidad entre Ben-Hur y Messala en Ben-Hur (1959).
6. Trama del desvalido. Se parece a la anterior, solo que aquí las fuerzas entre el protagonista y el antagonista no son iguales, como en la situación 24 de Polti. El protagonista es más débil físicamente, de menor edad o más viejo, tiene menos medios, menos experiencia, o bien es una mujer frente un antagonista masculino. Pero todo ello no impide que salga victorioso. Es la típica historia de Cenicienta, de David contra Goliat o de Rocky (1976).
7. Trama de venganza. El protagonista quiere resarcirse de una injusticia cometida contra él o los suyos, como en la situación 3 de Polti. A veces, su forma de desquitarse conlleva actuar al margen de la ley. Suele implicar una caza del antagonista, por lo que se aproxima a la trama de persecución. Es muy común en el cine dirigido o protagonizado por Clint Eastwood. Por ejemplo, El fuera de la ley (Death Wish, 1974), donde el protagonista persigue a los sudistas que mataron a su mujer y a su hijo.

El fuera de la ley

8. Trama de enigma. Es típica del cine policiaco y de misterio. El protagonista debe descubrir a un asesino, a un ladrón... Hay que resolver y explicar un suceso extraordinario. Cualquiera de las películas basadas en las novelas de Agatha Christie o títulos concretos como Gothika (2003) serían ejemplos. Coincide con la situación 11 de Polti.



 
Tramas de personaje
   9.  Trama de búsqueda. El protagonista busca a una persona, un lugar, una cosa (un tesoro, una reliquia...). Es una trama de carácter porque lo que importa no es tanto la búsqueda en sí como el proceso de transformación que durante esa búsqueda se produce en el personaje. Por eso Tobias considera que En busca del arca perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981) no es una película de este tipo, sino, como hemos dicho, de aventuras. Indiana Jones no cambia. Un ejemplo correcto sería El tesoro de Sierra Madre (The Treasure of Sierra Madre, 1948), donde el protagonista busca una mina de oro y termina casi loco.
10.  Trama de descubrimiento. El protagonista trata de averiguar quién es o por el mundo es como es. Se diferencia de la trama enigma y de la trama de búsqueda, en que aquí el descubrimiento conlleva un mayor conocimiento del hombre y de la naturaleza. Ejemplos típicos son las biografías sobre grandes científicos, como Gorilas en la niebla (Gorilas in the Mist, 1988), y las películas donde los personajes se interrogan sobre cómo interpretar y afrontar la vida, tal y como sucede en La costa de los mosquitos (The Mosquito Coast, 1986).

Gorilas en la niebla.

11.  Trama de metamorfosis. El protagonista o el objeto sufren una maldición y son transformados en un animal o un ser terrible, hasta que el amor o la muerte acaban con el hechizo. Encontramos esta trama en el cuento de La bella y la bestia, en las películas sobre Frankestein y el Hombre Lobo y en algunas de las recientes historias sobre mutantes.
12.  Trama de transformación. Si en la trama anterior el cambio requiere una perturbación radical del aspecto físico, aquí el cambio radical es psicológico y siempre positivo. Si es negativo, pertenece a la trama del precio del exceso. El personaje (siempre un adulto) toma confianza en sí mismo, supera un complejo, deja las drogas... Es la típica historia de Eliza Doolittle en My Fai Lady (1964).


13.  Trama de maduración. Se parece a la anterior, solo que aquí el protagonista es un personaje que va a pasar de la infancia o adolescencia a la madurez. Un ejemplo muy claro, pero en sentido metafórico, es Pinocho. Su conversión de juguete en niño de verdad se produce cuando madura y deja de comportarse como un niño egocéntrico guiado por el instinto y el egoísmo.
14.  Trama de ascenso. El protagonista, una persona de origen humilde, fea, enferma o aparentemente poco inteligente, llega a lo más alto de la sociedad. Así sucede en El hombre elefante (The Elephant Man, 1980) y en Eva al desnudo (All about Eve, 1950).
15.  Trama de caída. El protagonista, una persona noble, rica o con poder, termina en lo más bajo y pisoteada por todos, como en El cuarto mandamiento (The Magnificent Ambersons, 1942). En muchos casos, la trama es, al mismo tiempo, de ascenso y caída. En Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1940), del mismo director, el protagonista, teniéndolo todo, no tiene nada. Al morir, solo se acuerda del trineo de su infancia. En La condesa descalza (The Bareffot Contesta, 1954) una bailarina de flamenco se convierte en una gran estrella de Hollywood e, incluso, gana por matrimonio el título de condesa, pero no es feliz y, por defender su manera de ser, encuentra la muerte.




16.  Trama de tentación. El protagonista es tentado para hacer algo prohibido, algo inmoral o injusto. Está recogida en el mito de Fausto.
17.  Trama del precio del exceso. El protagonista lleva una vida disoluta o va cayendo en ella poco a poco. Es un criminal, un mafioso, un drogadicto o alguien que se deja arrastrar por alguna pasión: la avaricia, los celos, la envidia, la ambición... Finalmente, termina pagándolo. Así sucede en la obra teatral Otelo y las películas La loba (The Little Foxes, 1941) y Días sin huella (The Lost Weekend, 1945).

Dias sin huella.
18.  Trama de sacrificio. El protagonista está dispuesto a cumplir con su deber pese a que ello le cueste sus bienes, su puesto de trabajo, su fama e, incluso, la vida. Dos ejemplos son las películas Casablanca (1943) y Sólo ante el peligro (High Noon, 1952). Guarda relación con las situaciones 20, 21 y 22 de Polti.

Casablanca.
 
19.  Trama de amor. Dos personas se quieren pero uno o varios obstáculos (una enfermedad, otro pretendiente, distintos proyectos de vida...) se oponen a su relación o bien uno ama y el otro debe ser conquistado. Es el modelo de las comedias románticas, como en Sucedió una noche (It Happened One Night, 1934).
 
Sucedió una noche.

20.  Trama de amor prohibido. Es, en gran parte, como la anterior, solo que el obstáculo es algún tabú social: los amantes son de distinta raza, pertenecen a clases distintas, a reinos enfrentados, uno de ellos es casado, son del mismo sexo... La obra teatral Romeo y Julieta pertenece a esta categoría. También Mi hermosa lavandería (My Beautifull Laundiette, 1985). Se parece a la situación 28 de Polti.


                [1]  Ronald B. Tobias, El guión y la trama, Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid,  1999.

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