Un rito es una ceremonia sagrada relacionada, normalmente,
con un momento vital de paso. Si nos vamos a la religión cristiana, son ritos
las ceremonias vinculadas a los siete sacramentos: el bautizo, la comunión, la
confirmación (ritos de iniciación), el matrimonio, el orden sacerdotal
(ritos de compromiso), la confesión o penitencia y la unción de los muertos (ritos de conciliación). En general, las religiones tienen ritos relacionados
con cinco grandes momentos en la vida de cualquier persona: los inicios, la
maduración, la vida en pareja, la conquista de medios de vida y poder y el
final.
Todo rito, además, va asociado a un mito: un relato que
explica el por qué de ese rito. El bautizo, por ejemplo, se explica en la
religión cristiana por el mito de Adán y Eva. Eva fue tentada por la serpiente
(el demonio) para convencer a Adán de que comiesen una fruta del árbol del
conocimiento del bien y del mal, lo que Dios les tenía prohibido. Su falta provoca
la expulsión de ambos del paraíso y que sus descendiente nazcan con un pecado
original, el cual solo puede lavarse con un rito: el bautismo.
Cada rito, en efecto, tiene sus mitos. Los ritos de los inicios,
por ejemplo, están relacionados con mitos que hablan del nacimiento (Adán y Eva),
de los padres (Hera y Hefesto, Abraham e Isaac), de los hermanos (Caín y Abel,
Rómulo y Remo) y, en general, de la familia (como el ciclo mítico de Tebas:
Edipo, Antígona, etc.). Los ritos de maduración van asociados a mitos que
hablan de un joven que abandona el hogar, conquista la propia autonomía y se descubre
a sí mismo (el viaje de héroe: Teseo, Sigfrido, Parsifal). Los ritos de la pareja se explican con mitos
sobre la pasión y el rechazo, el triángulo amoroso y el matrimonio (Dido y
Eneas, Arturo y Ginebra). Los ritos del poder están relacionados con mitos
sobre el descubrimiento de una vocación, sobre los problemas que crean la
codicia y la ambición y sobre la necesidad de asumir la responsabilidad de
nuestros actos (Midas, Herodes). Finalmente, los ritos del final se explican
mediante mitos que nos cuentan cómo superar la muerte de los seres queridos, la
nuestra propia y, al mismo tiempo, encontrar una salida espiritual (Orfeo y
Eurídice, Fausto, Cristo).
Cuando el rito pierde su entidad religiosa suele desaparecer,
mientras que el mito puede quedar como algo falso y desechable o bien puede
permanecer como simple historia, como un cuento bello. Para que esto último
suceda debe tener propiedades narrativas: sucesos sorprendentes, personajes
complejos, momentos mágicos, etc. Muchos pasajes de La Ilíada y La Odisea o
de La Biblia, han pasado al cine,
como la reciente producción Noé (Trailer), porque,
precisamente, tienen una gran fuerza poética. Su calidad narrativa hace que el
filme sea incluso consumido en aquellos países que están fuera del credo y, en
consecuencia, no ven el filme como una película religiosa. Porque para los
cristianos Noe sí puede seguir funcionando
como mito. Puede explicar, por ejemplo, por qué todavía es necesario el rito de
la confesión.
Es más, puede que el laicismo tenga sus propios mitos. Quiero decir que nuestra sociedad
descreída ha creado sus propios ritos para celebrar, por
ejemplo, el nacimiento, la madurez, la
conquista del poder o la muerte. Inventamos ceremonias nuevas, como los
cumpleaños, las cenas de empresa o tirar las cenizas al mar, que tienen una
parafernalia tan grande como las ceremonias sagradas. La ceremonia de la
confirmación, por ejemplo, ha sido sustituida por la ceremonia de graduación en
el instituto. La boda en la Iglesia, por la boda en el Ayuntamiento, que hasta los
homosexuales reclaman como un derecho civil, esto es, casi como algo
"sagrado", inherente a la persona.
Incluso estos nuevos ritos parece que tienen también sus
mitos. Son las historias que consumimos en forma de novelas, comics, películas
o series de televisión. Ellas nos explican que tenemos necesidad de celebrar ciertas
cosas porque, parece ser, son las que, de verdad, importan, los nuevos
sacramentos renovados en su contenido y forma. La pregunta es: ¿en ciertos
casos el mito puede ser anterior al rito o cambiarlo? En España, por ejemplo, que
nunca hubo en la enseñanza ceremonias de graduación a la americana, resulta que
ahora las hay porque el cine americano (el mito) las ha impuesto? Y, si es posible que la ficción audiovisual no
sea más que la forma mítica de los ritos nuevos, entonces: ¿seguimos en el
estado de pensamiento salvaje que diría Levi-Strauss?
Rito
|
Mito
|
Novela, obra de teatro, película
|
Los inicios
|
Adán y Eva, Caín y Abel
|
Tom
Sawyer (1876), Heidi (1880), Pinocho (1882), Billy Elliot (2000)
|
Hacia la madurez
|
El viaje del héroe
|
El León, la Bruja y el Armario (1950), El señor de los anillos (1954),
La guerra de las Galaxias
(1979), Mátrix (1999)
|
La vida en pareja
|
Dido y Eneas, Medea, Fedra, Afrodita
|
Bodas de sangre
(1931), Trópico de Cáncer (1934), Lolita (1950), Love Story (1970), Kramer
contra Kramer (1979), Mi hermosa lavandería (1985), Her (2013)
|
El poder, la ambición, la responsabilidad
|
El rey Midas, Herodes, Salomón
|
Macbeth (1606), El acorazado Potenkim (1925), Yo, Claudio (1934), Las uvas de la ira (1939), El poder y la gloria (1940), Ciudadano Kane (1941), Alguien voló
sobre el nido del cuco (1962), El lobo de Wall Street (2013)
|
El final
|
Orfeo y Eurídice, Fausto, la pasión de Cristo
|
El séptimo sello (1958),
Vértigo (1958), Tierras de penumbra (1993), Mar adentro (2004)
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario