jueves, 3 de abril de 2014

Puesta en abismo



La expresión puesta en abismo viene del francés mise en abyme. Fue introducida en 1893 por André Gide para referirse a una técnica literaria que consiste en narrar una historia desde distintos niveles narrativos. Esto es, una historia contiene dentro otra historia, esta segunda contiene una tercera y así hasta el infinito, de ahí que la expresión “abismo” aluda a una estructura que no podría tener fondo, como las muñecas rusas, que contienen dentro de sí otras muchas muñecas o el cuadro dentro del cuadro.

Un ejemplo reciente en el cine es la película Gran Hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel, 2014). En ella una Lectora (nivel 1) lee la introducción de una novela escrita por su Autor (nivel 2), en la cual cuenta que, en los años sesenta, en el Gran Hotel, conoció a un Inquilino (nivel 3) que le contó la historia de cómo en los años treinta, siendo él botones de aquel lugar, el Conserje (nivel 4) le tomó bajo su protección y hasta dio su vida por él, dejándole como herencia un Cuadro valiosísimo titulado “Niño con manzana” (Nivel 5: pintura dentro del cine).

Y es que, en efecto, la técnica de la puesta en abismo permite también jugar con el relato dentro del relato (Las mil y una noches; Don Quijote), el teatro dentro del teatro (Hamlet; Seis personajes en busca de autor), el cine dentro del cine (La noche americana; La mujer del teniente francés; La rosa purpura de El Cairo), el teatro dentro del cine (Shakespeare enamorado; Vania en la calle 42),  la carta dentro del cine (Carta de una desconocida), la película dentro de la novela (El beso de la mujer araña), el videojuego dentro del cine (eXistenZ), etc.

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